Las personas que padecen TDAH también son víctimas de
bullying; las agresiones no vienen solo de los estudiantes, sino que también
los profesores suelen agredir a los alumnos con este problema.
La mayoría de los padres sueñan con que sus hijos sean unos
exitosos empresarios, deportistas famosos o simplemente que salgan triunfantes
en cada proyecto que se propongan; tratan de tenerlos en las mejores escuelas,
darles la mejor educación y muchas veces, depositan sus propios sueños en
ellos. Sin embargo, el futuro de las personas dependen de muchos factores,
algunos tratables y otros simplemente inevitables. Me atrevo a decir que un
factor importante que puede llegar a influir en el futuro de un niño o de un
joven es el padecimiento de trastornos o enfermedades no detectadas. A
continuación, hablaremos de una seria enfermedad a la que no se le está dando
la atención debida y que día con día, sigue aumentando la cifra de problemas
causados por personas que padecen esta enfermedad y de injusticias realizadas a
las mismas.
El Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad es un
trastorno neurobiológico que se da por la falta de una sustancia llamada
dopamina; la mayoría de sus funciones se desarrollan en el cerebro, manejando
actividades importantes que van ligadas al comportamiento, actividad motora, al
humor, aspectos de la atención y al aprendizaje. Este trastorno es de carácter
crónico, evolutivo y de probable trasmisión genética que afecta entre un 5 y un
10% de la población infantil, llegando incluso a la edad adulta en un 60%. Este
trastorno es más frecuente de lo que muchas personas creen y de ahí se
desprende el problema; muchas personas ni siquiera saben que el TDAH existe,
siendo muy alta la posibilidad de que convivan con alguien que padezca esta enfermedad
y que no está llevando el proceso adecuado para su problema. El TDAH es uno de
los causantes principales del fracaso y violencia escolar, bullying, del abuso
de sustancias nocivas e incluso de la delincuencia. Los niños con TDAH actúan
sin pensar, son hiperactivos y tienen problemas de concentración. Se les
dificulta completar las tareas, ya que les cuesta estarse quietos, prestar
atención y atender a los detalles, junto con la falta de control de impulsos.
Muchas veces se piensa que los adolescentes violentos o con
bajo rendimiento escolar, están pasando por una etapa normal de la edad donde
se involucra la inquietud y la rebeldía. Sin embargo, la mayoría de estos
jóvenes padecen TDAH y no son tratados. Existen muchos mitos acerca de este
trastorno: muchos dicen que no existe y que es solo un invento de la
psiquiatría norteamericana para etiquetar niños difíciles, otros dicen que sí
existe pero que es un problema que desaparece con la edad, que si un niño no es
hiperactivo no puede tener TDAH o que solo los varones lo padecen, y el mito
más popular, es que todo se debe a la mala educación que reciben de los padres.
Todas son falsas creencias, el trastorno es una realidad y el no detectarlo
trae consigo una serie de problemas que afecta tanto al que lo padece, como a
la familia de la víctima e incluso puede traer daño a terceros.
Probablemente, si las personas con este trastorno fueran
detectados a una temprana edad, se evitarían problemas de violencia escolar y
de deserción de estudios, ya que en un estudio
realizado por estudiantes de la universidad Oviedo, España, se afirma que la
hiperactividad-impulsividad se correlaciona con la violencia física directa y
amenazas contra estudiantes. Las personas que padecen TDAH también son víctimas
de bullying; las agresiones no vienen solo de los estudiantes, sino que también
los profesores suelen agredir a los alumnos con este problema. Esto trae como
consecuencia la expulsión total de la institución sin un previo análisis de las
causas del comportamiento del estudiante, dejando ver la falta de preparación
para tratar a niños y jóvenes con este problema o simplemente los jóvenes dejan
la escuela tras la frustración de no saber como depositar todo su energía de
una manera positiva. Según un estudio realizado a los jóvenes del tribual de
Puerto Rico, la mayoría ya había desertado la escuela por problemas de conducta
y posteriormente fueron diagnosticados con TDAH y ausentismo.
Tras dejar atrás los estudios, es muy común que se
involucren en actividades ilícitas y/o se relacionen con adicciones, ya que la
dopamina (sustancia ausente en los enfermos) es conocida como un
neurotransmisor de adicciones, pues drogas como la cocaína, el opio, la
heroína, el tabaco y el alcohol, liberan esta sustancia.
Una catedrática de la UNAM reveló que cifras cercanas al 80 por ciento
de los delincuentes encarcelados más importantes del país, hablando de asesinos
seriales, delincuentes, y secuestradores, son pacientes con TDAH no detectado.
Esto se debe a que no llevan un tratamiento adecuado de medicamentos y
psicoterapia que los ayude a controlar sus impulsos de agresión y, por lo
tanto, son inclinados a cometer actividades ilegales.
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