Pautas para realizar los exámenes diagnósticos según la
situación clínica:
– Es fundamental comenzar con una historia clínica completa con
exploración neurológica.
– El diagnóstico del TDAH debe ser clínico, apoyado por las escalas
de autoevaluación. Como son la escala ASRS V 1-1 de la OMS, serie larga o abreviada, La escala de 18 criterios REATING SCALE TDAH, La escala wender o wurs y una entrevista sistematizada como la DIVA 2.0
– Evaluar condiciones psiquiátricas.
– Descartar posibles comorbilidades. ( consumo de tóxicos,
trastornos de personalidad, trastornos del animo
– Descartar ciertas condiciones médicas (hepatopatías, epilepsia
activa, hipertensión, glaucoma) relativas a determinadas contraindicaciones
para el tratamiento farmacológico del TDAH.
– Valorar patología DUAL, es decir TDAH y consumo o abuso de
sustancias.
– No existe una prueba diagnóstica biomédica específica ni marcador
genético, aunque nos puede orientar a
una mayor posibilidad de padecer TDAH
_ Se puede hacer pruebas de laboratorio (analíticas,
hematológico y bioquímico generales, oligoelementos, así como hormonas
tiroideas) si el facultativo lo ve necesario.
– En caso de sospechas de cuadro neurológico asociado:
resonancia magnética cerebral, polisomnograma nocturno, completar los estudios
bioquímicos y estudios genéticos.
COMORBILIDADES Y DIAGNÓSTICO DIFERENCIAL
Es importante tener en cuenta que es bastante común la
comorbilidad en TDAH del adulto, que afecta tres de cada cuatro pacientes, por
lo cual es habitual que un paciente cumpla los criterios de uno o más
trastornos asociados, además del TDAH.
Las comorbilidades más frecuentes son los trastornos del
humor como depresión mayor, trastorno bipolar y distimia, que tienen una comorbilidad
con el TDAH que va desde el 19 al 37%. Para los trastornos de ansiedad la
comorbilidad oscila del 25 al 50%. En el abuso de sustancias estudios revelan
que al menos estan presentes el tdah en el 25% de los pacientes con problemas
de adicion. En el alcohol es del 35%; en otros tipos de abuso de sustancias, si
se incluye la marihuana y la cocaína, es del 30%. Además, la automedicación con
la nicotina y el exceso de dosis de cafeína se ha de tener en cuenta .
La tasa de incidenciad
e los trastornos de la personalidad es del 10 al 20%, y para la conducta
antisocial es del 18 al 28% y un 20% de
comorbilidad para trastornos del aprendizaje
Para hacer evaluar las comorbilidades existen diferentes
escalas, como la escala de ansiedad de Hamilton (HAM-A), la escala de depresión
de Hamilton (HAM-D) o el inventario de depresión de Beck (BDI), que abordan
todos los niveles de los síntomas. El
diagnóstico diferencial se deberá hacer con cuadros psiquiátricos que puedan
originar síntomas similares al TDAH del adulto como son:
Depresión mayor
Falta de concentración, atención y memoria, dificultad en la
realización de tareas
Estado de ánimo disfórico, anhedonía,
alteraciones del sueño y del apetito
Trastorno bipolar
Hiperactividad, dificultades con el mantenimiento de la
atención y la concentración, cambios de humor, disfórico o eufórico, insomnio y
delirios
Ansiedad generalizada
Dificultad para concentrarse Temor y preocupación exagerada;
síntomas somáticos de ansiedad
Abuso de sustancias o dependencia
Dificultades con la atención, la concentración y la memoria,
cambios de humor Patrón patológico de uso de sustancias con consecuencias sociales,
fisiológicas y psicológicas
Trastornos de la personalidad, sobre todo la personalidad
límite y antisocial con Impulsividad, labilidad afectiva, Historia de
detenciones (de personalidad antisocial), comportamiento suicida (límite de la
personalidad), la falta de reconocimiento de que su conducta es
contraproducente
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