Hasta
hace poco, el TDAH en adultos (Trastorno por Déficit de Atención con
Hiperactividad) era un gran desconocido. Durante mucho tiempo se pensó que los
síntomas esenciales de este cuadro se presentaban únicamente en edad infantil
pero en los últimos años sabemos que la realidad es otra. Un gran número de
personas que padecieron el trastorno en su infancia, continúan manteniendo los
síntomas esenciales hasta la vejez. Según Weiss, "el TDAH puede ser el trastorno psiquiátrico no
diagnosticado más común en los adultos”.
En
los últimos años se ha incrementado de manera considerable el número de
estudios acerca de este tema y hoy sabemos con toda certeza que más del 50% de los niños que
tuvieron TDAH en la infancia mantienen en la vida adulta los síntomas esenciales
del cuadro.
¿Cómo
reconocer el TDAH en la vida adulta?: La falta de atención, la impulsividad y
la hiperactividad son los síntomas distintivos de este trastorno, tanto en
niños como en adultos. Pero con la edad muchas manifestaciones cambian de forma
y con frecuencia todavía se
les atribuye un origen
equivocado como el estrés, el
ritmo de vida intenso... La investigación establece que en la vida adulta, los
síntomas principales del TDAH dan la cara principalmente en forma de:
importante desorganización, problemas de atención y memoria, mala administración
del tiempo, dificultades en la resolución de problemas, impulsividad e
hiperactividad.
Y es
que los adultos aquejados de este trastorno suelen presentar grandes dificultades
para mantener la atención, incluso
cuando se esfuerzan por hacerlo. Con frecuencia no recuerdan lo que acaban de
leer o escuchar. Les cuesta organizarse y priorizar tareas y suelen ser muy
olvidadizos. Pero, a diferencia de los niños, la hiperactividad motriz no suele
ser incapacitante. No corren, ni saltan sin parar. Afortunadamente.
Generalmente, ésta se manifiesta en forma de inquietud, con movimientos constantes de manos
y pies y/o hablando sin parar.
Otra
de las características fundamentales de los TDAH se encuentra en su dificultad
para inhibir impulsos y pensamientos. Es
por eso que, a pesar de la edad, siguen metiendo la pata con frecuencia y toman
decisiones importantes de manera precipitada e impulsiva, sin analizar las
consecuencias. Dicen lo que piensan sin sopesar quién está delante y además
presentan una escasa tolerancia a la frustración y muchas dificultades
para esperar.
Estas
manifestaciones hacen que la vida de un adulto con TDAH sea a veces muy
difícil y más cuando, por si fuera poco, los estudios establecen que un 60-70%
de ellos tiene algún riesgo de padecer dificultades sociales, trastornos de
ansiedad, frustración e ira, trastornos afectivos, depresión, trastornos del
sueño, u otros debidos a la falta de control (conducta antisocial, trastornos
compulsivos, abuso de sustancias o accidentes de tráfico).
Las
‘ventajas’ del TDAH
Sin
embargo, no solo poseen áreas vulnerables. También gozan de cualidades muy
positivas que a veces olvidamos y que hay que fomentar por encima de todo
porque desde ellas puede cimentarse el éxito de su vida futura. Muchos son
inteligentes, creativos, divertidos y realizan actos elogiosos. Algunos son muy
queridos o incluso el alma de su grupo. ( ver entrada en el blog sobre 10 ventajas de ser tdah http://tdahenadultos.blogspot.com/2012/01/diez-ventajas-de-ser-hiperactivo.html )
Pero
de lo que no cabe duda es que la vida con ellos es muy intensa y quererlos
supone un gran reto. Más cuando son adultos y no los entendemos, ni gozamos de
autoridad para controlarlos, pues nos obligan a estar en permanente alerta.
Por eso
poder hablar hoy de la existencia de TDAH en adultos supone un gran avance, un
alivio y una luz para muchas personas aquejadas del trastorno y para sus
familias, que hasta ahora se enfrentaban a un
problema muchas veces invisible. Por suerte, en la actualidad contamos con
profesionales ampliamente preparados para un diagnóstico certero y una
intervención eficaz.
¿Cómo
ayudarles? Esta afectación tiene una contrastada base biológica y la medicación
con estimulantes ha demostrado ser, también en los adultos, una pieza clave en la mejora de la
sintomatología esencial del cuadro.
Sin
embargo, todos los estudios coinciden en establecer que el tratamiento más
efectivo es aquél que combina la medicación con una intervención psicológica orientada al desarrollo de
habilidades conductuales, cognitivas, sociales, y emocionales que ayuden a controlar los
síntomas y los posibles trastornos asociados. S.
Young y J. Braham,
profesoras del KingsCollege de Londres, fueron pioneras en el desarrollo de un modelo de intervención global para el TDAH en adultos cuya eficacia
hoy se encuentra ampliamente contrastada.
No
obstante, además de la medicación y la intervención, todos los estudios avalan
que la familia constituye una delas piezas clave de la recuperación.
Pero en su importante función, necesitan conocimiento y sobre todo mucha ayuda
para orientar, contener y estimular a sus seres queridos y, sobre todo, para no
desfallecer con ellos.
Por
todo lo señalado debemos ser positivos. El diagnóstico y la intervención del
TDAH son cada vez más tempranos. Gracias a ello, y aunque es un trastorno
crónico, es posible que en un futuro muchos de los que trabajaron en la
infancia lleguen a la vida adulta con los síntomas esenciales muy controlados y
grandes posibilidades de una vida plena. Existen muchos casos de niños que
lucharon incansablemente con ayuda de padres y profesionales y que hoy afrontan
la vida adulta con amplias posibilidades de éxito. Sin embargo, todavía existen muchos
adultos de nuestra generación que
no fueron diagnosticados en edad infantil y
a los que aún no se les ha ocurrido buscar la causa de sus males en esa
dirección.
Aún
queda mucho por hacer. El TDAH en adultos todavía está infradiagnosticado y por
ello, mal comprendido e
incorrectamente tratado.Ante la sospecha es determinante acudir a
profesionales que confirmen el diagnóstico y coordinen el tratamiento. Pero
queda un gran reto: reconocer los síntomas y, mucho más difícil, sobre todo
para los adultos... pedir ayuda.
Este articulo acierta en un 100% y me parece muy interesante.
ResponderEliminarMe siento muy identificado. Por cierto me considero una persona con de éxito professional como director de arte en una agencia de publicidad en Londres. Por contar alguna anécdota relacionada con tu articulo.
Como hiperactivo, me molesta cuando en el metro la gente va lenta o no sube las escaleras mecánicas. Para mi el tiempo es muy importante y el hacer las cosas deprisa me gusta. No tengo paciencia para dibujar pero tengo mucha habilidad con el ordenador utilizando shortcuts, atajos.
No tengo paciencia para el raton. Siempre se puede hacer todo mas rápido con el teclado. Por la mañana cuando me despierto no puedo estar en la cama aunque sea fin de semana. Necesito levantarme y hacer algo. Normalmente relacionado con el aprendizaje.
Las peliculas me parecen demasiado largas dos horas sentado viendo algo que pesadez. Prefiero algo mas interactivo.
Gracias
Me pasa igual, me desespera mucho la lentitud. Es un gran alivio saber que no soy la única. Gracias por compartir.
EliminarYo también soy hiperactiva y desde que siempre recuerde. Podría haber tener unos resultados académicos excelentes, pero no lo hice. Eso sí, tuve padres que me enseñaron a leer mucho, a mantener cierta disciplina, a usar mis manos para crear. Y la hiperactiva acabó teniendo una carrera universitaria y, cada día aprende más y más, y ahora lo enseña y mantiene un espíritu libre, joven y muy fuerte con sus alumnos y compañeros.
ResponderEliminarTambién me gusta disfrutar de algunos momentos más lentos en mi vida degustando una buena comida, adquiriendo nuevos conocimientos que exigen mi concentración, adoro lo jurídico, la contabilidad y la informática y es todo. O paso ratos haciendo trabajos manuales que permiten tener mi mente distraida.
Eso sí, me cuesta estar sentada, mantener una disciplina constante, no reirme o no influir en el ánimo de los demás con mi inagotable energía, mi empatía, mi fuerza. Pensé que todo cambiaría con el tiempo, pero ya tengo 52 años y no va a ser posible. Intento controlar mi ira, mi impaciencia, mis cambios de ánimo, mi desorden en mi casa. A cambio, he creado un mundo a mi medida, me encantan los retos y, a veces, no puedo dormir mucho.
Estoy logrando desarrollar mi mente al máximo, soy una líder nata, pero también sé hacer yoga, sobre todo, cuando tengo altibajos y he aprendido a usar mi fuerza mental.
Aprendí a hablar con 3 meses, cuando tenía un año podía hablar; aprendí a leer con 3 años; con 7 años, me empezaba a manejar con el idioma francés. Y, según los test de personalidad, sólo tenía una inteligencia de 80 sobre 100 y yo me sentía distinta.Siempre lo he sido y también un poco bipolar. Quizás no tenga el éxito que yo quería tener, pero creo que lo voy a conseguir de otra manera y será la mía. Me encanta escribir, hablar. Cuando hablo, uso la mente o mi impulsividad; cuando escribo, un enorme corazón y una gran creatividad.
Muchas gracias, opino que es una maravilla tener esa "posible enfermedad" que no considero tal,
Todavía no logro verlo así, pero tus palabras me motivan mucho. Gracias por compartir
EliminarMe encantaron tus palabras!!
ResponderEliminarMe encantaron tus palabras!!
ResponderEliminarme siento plenamente identificado con este tema,,,,,,, ta cual me paso y me sigue pasando, detalle de ello es la falta de concentracion y las aveces frecuentes depresiones, y la dificil manera de expresar o dialogar fluidamente por las abundantes cosas que me pasan por mi cabeza en ese mismo momento,inclusive quisiera explicar mas en este momento pero me atiborro de pensamientos y cosas que no me deja hacerlo,, que dije, no lo se pero ahi les dejo mi parte.
ResponderEliminarsaludos
Con los años veo que un tdah . Si cree y va a una gerra o a una misión de paz,, o regresa muerto o regresa como un héroe.
ResponderEliminarSi, los tdah son entusiastas normalmente, y lanzados .... Cosa que si se controla bien , es una ventaja, y como dices Marcos, "Si cree y va a una gerra o a una misión de paz,, o regresa muerto o regresa como un héroe.
ResponderEliminarque bien
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